Atrás quedan sus huellas latentes,
Donde se paró el corazón y sucumbió la voz.
Arriando las velas rasgadas de su piel quebradiza.
Susurrando la senda escarpada del porvenir.
Donde vida y muerte se despiden en un hilo de viento.
...Y la luna no cese de encandilar.... de nuevo.
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