Era un hombre de papel, era un juguete del viento.

lunes, 22 de septiembre de 2008

OLVIDANDO ESCUCHAR ESPERANDO EL MAR

Ella no escuchaba. Esperaba. Escapar, escapar y escapar. De una ciudad a otra, y de ésta a la interior, y siempre así. Vagando con la fuerza perdida tras un grito susurrado que abre las heridas no cicatrizadas … de dolor. Dolor ajeno en el intersticio de una noche vacía en su interior. Las palabras se traducen con la minuciosidad de un bisturí envenenado, rasgando la piel tenue de las paredes, silenciando la réplica, mordiendo el oxígeno reparador. El amor alza el vuelo en desesperación, como un juguete al viento, una carreta sin vaivén, sin rastro sobre la arena, el polvo de una luna escondida de sí misma. Esperando. Recibir el premio de los oradores externos. Oro sin quimera, luz impersonal de los miedos de los otros. Enamorada de la moda en cuarentena. La senda de la leve asfixia de la razón. Emoción lastrada en la cuneta de un camino quebradizo. Un minuendo sustraído por error. Logaritmos de indefinición. Un punto de silla en el corazón. Masticando. Zarpazos sin brazos afilados, romas palabras en el auricular. Sombra de sombra, sonrisa idiota que reflejamos en un deseo. Caleidoscopio desenfocado. Hilo de sangre sin cesar abocado al estuario de un jardín cerrado. Ella no escuchaba. Esperaba llegar del mar. ----------------------------------------------------------------------------------- Él no hablaba. Olvidaba Encerrar, encerrar y encerrar. De una habitación a otra, y de aquella a esta. Una vez más. Vagando con la fuerza ahogada tras un susurro de emoción que hierve de intoxicación un bocado de irreal dolor. Dolor propio en el intersticio de una noche olvidada. Las palabras se escapan con un sigilo dentado Mordiendo el velo traslúcido de las fauces del predicador Almacenando rabia pasteurizada en la razón Cocinando ausencias por amor. Huye, amor, vuela. Escapa de mí y llueve Retuércete, sierpe en un lago interior como un juguete roto, una carreta sin camino donde poder ir, Y llegar al mundo que te quiera escuchar. Olvidando. Dando premios a siniestro, de perdedor anónimo. Discreta quimera de los miedos repetidos. Enamorado de un río que ciega la razón, anega la sensación. La senda de la leve pasión. Emoción que perfila la cuneta de un camino encrucijado. Un maximin perdido en el caos. Límites de indefinición. Hilo roto infinito. Arañando. Un segundo primerizo de esperanza en el transistor. Brazos caídos en un cuarto rojo ensordecedor. Sombra en la estúpida mueca de un deseo. La derrota reflejada en el espejo que grita, susurra, escupe y maldice. Una playa sin mar adentro, sin alma pescadora de gaviota Él no hablaba. Esperaba llegar al mar.