MEDITACI-ÓN FINANCIERA

De la creatividad solo enmudece el instante, la profundidad. Un puño cerrado que esconde la luna vieja, austera, pequeña. Verbos dislocados que huyen de imágenes mudas, rotas, perdidas. Y un mar que abruma su presa, sigiloso rumor en la arena. Y volver a empezar. Eterno retorno de Nietzsche que golpea en lo dionisíaco del sueño. Sin dibujar la delgada línea obesa de Apolo. Encontrar la luz anegada en el cuerpo aún en caverna. Romper el maleficio, conseguir el beneficio de una duda. Y caminar, sí. De espaldas al mar. Río Arriba. Vino dulce en barrica amarga, coherencia ebria. Y flexionar la reflexión de una emoción. Tarareando, leve vibrar de un mantra de supervivencia. Peaje de este mundo traidor. Sigo la línea y sigue sin renglón. Hablo sin explicar, que nadie entienda el perdón. Sonrío de noche, tras los sueños adeudados a mi corazón. Lloro en el día, reflejo del sol socarrón. Ón, ón, ón.. ¿Donde está el pez dorado en el mar sin concepción?. La seguridad ansiada en una palabra al azar, Autómata en la red de pescadores jubilados. Vacación permanente del destello, de la flor. Música abstracta sin voz. Y siguen echando anclas, Gritando basura, cocinando remiendos. Medito la necesidad de abstracción. Fe en el mito creativo de una canción. Ón, ón, ón.. ¿Dónde está el pez dorado en el mar sin concepción?. ¿Dónde está la filosofía de la reconstrucción? Todo sigue atado, de pies, sin llegar a las manos. Agujero negro de la intoxicación. Rotativas manipulan ardientes el desespero a traición. Coito verbal del apalancamiento creativo. F de Fraude. S de Solución. Neo-Keynes, su amor. Marx acertó. Marx falló. De las cenizas surge el capitalismo redentor. Paternalismo contribuyente sin corrección. Desempleo, autoestima social en distorsión. Y volver a empezar. Eterno retorno del azar moral.