Tristeza de un día más, una mañana en silencio precursor.
Cabizbajo entre cojines desnudos
Respirando el rastro del polvo de un nuevo día
Tosiendo para escupir la sangre adormecida
Una noche más en vela, una noche más oscura
Flirteando con la idea de la desaparición
Amenaza sesgada en mi cabeza
Manos muertas sellan mis labios resacosos
Aliento quejoso despierto por el llanto postnatal
Ojos despiertos cerrados
Caminando arrastrando un velo inquisidor
El muro de la tristeza acecha
Resignación de una orden más incumplida
Resignación de una idea sugerente perdida
Resignación de caricias decaidas por la luz tardía
Resignación de andar entre fantasmas de un ayer inventado
Resignación por ver a un hijo sonreir
Resignación por su mirada perversamente cómplice
Resignación de no ser elegido al azar
Resignación de un hasta pronto resignado
El muro de la resignación se abre a la calle
Una vez en la vida se calla para hablar en grito
Martillo neumático de voces distantes
Rencores como estigmas en las manos
Violencia descarnada en la piel
Espero que cuando vuelva no estés aquí
Campanadas de mediodía
Orgullo cifrado en contraste de caracteres
Orgullo lastimado en contraste de pareceres
Lo tuyo es mío y lo mío ya no es tuyo
Libros de familia reescritos extraoficialmente
Muerte, dolor, llanto, susto, cadena inversa prevista
Aviso no es traidor, es compromiso
No hay negociación posible con los ojos heridos
Brazos tensos esperando una orden de acción
Pies para que te quiero si no corren
Tu primero, y tu mamá tambien
Zapatero a tus zapatos, podridos de rencor
De crispación solo vive el hombre
La mujer recoge el fruto.....de pasión
La fuerza de los débiles enmudece espectante
Al alba de la sentencia no hay solución
La sonrisa de un niño crece en el tragaluz
Las sombras se iluminan en el zulo del corazón
Es la hora anunciada
Es la hora del adios amable
Respetuosa despedida innegociable
Volveran las viejas negras
A deslizar cánticos de sirena
Criacuervos
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